El masaje facial japonés Tsuboki es un método terapéutico que implica aplicar presiones y fricciones en los hombros, el cuello, la cabeza, las orejas y la cara, junto con acupresión en puntos específicos de los 8 meridianos energéticos que atraviesan el rostro, llamados “Tsubos”.
Específicamente, esta terapia busca mejorar la apariencia facial sin métodos invasivos, aumentar la vitalidad mental y promover la relajación corporal, logrando así un equilibrio en la salud integral de la persona. El masaje facial no solo realza la luminosidad natural de tu rostro, sino que también proporciona una sensación de masaje corporal completo.
¿Qué beneficios aporta el masaje facial japonés y cómo puede ayudarte?
El masaje facial japonés Tsuboki se ha distinguido por su capacidad para:
- Mejorar la circulación venosa y linfática.
- Estimular la regeneración de la piel al eliminar las células muertas superficiales.
- Relajar los músculos faciales.
- Aumentar el flujo sanguíneo hacia la piel facial, mejorando su aspecto lozano.
- Estimular los nervios faciales y la musculatura, mejorando la tonicidad de la piel facial.
- Incrementar la eliminación de productos de desecho.
- Generar una sensación de relajación mental y bienestar general.
- En medicina bioenergética: trabajar órganos distantes con estímulos aplicados al rostro.
¿Cómo se desarrolla una terapia de masaje facial japonés Tsuboki?
Tu viaje de transformación comienza con un masaje en los hombros, cuello, cuero cabelludo y orejas. Porque esta etapa relaja profundamente tu cuerpo y mente, permitiendo sumergirte por completo en la experiencia.
Luego, en la fase de masaje facial, empleo una mezcla de aceite vegetal con aceites esenciales 100% naturales, seleccionados cuidadosamente para potenciar tu proceso de restauración. Posteriormente, estimulo puntos de acupuntura precisos, asociados a meridianos energéticos que transcurren sobre la cara, cabeza y hombros, haciendo uso de presiones y ligeros movimientos.
Finalmente, continuar con prácticas saludables en casa y seguir las recomendaciones de salud proporcionadas al final de la sesión, será un paso esencial hacia tu bienestar.
Los controles se recomiendan cada semana, cada quince días, cada mes, o cada tres meses según tu caso en particular.
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